El
Claustro del I.E.S. Ramón y Cajal de Huesca manifiesta su rechazo y oposición a los planes de los actuales Gobiernos de la
Comunidad y estatal, que suponen un ataque sin precedentes al sistema educativo
público. Es indignante que se utilice la excusa de la crisis para desmantelar
todo lo público y, con el dinero público, potenciar lo privado. La educación
pública no puede soportar más recortes y no puede seguir sufriendo el
desmantelamiento al que está siendo sometida, porque dejará de lograr la cohesión
social y de vertebrar nuestra sociedad.
Una sociedad que renuncia a la mejor educación
para todos y que destruye su potencial humano es una sociedad sin futuro. Una
sociedad que asimila la educación a una mercancía, que apuesta por la
privatización de todo lo público y por la pelea entre los ciudadanos para
aplicar el “sálvese quien pueda”, es una sociedad enferma, abocada a un
suicidio social del que tardará décadas en recuperarse y en la que varias
generaciones de ciudadanos estarán condenadas a vivir sin un presente y un
futuro dignos.
El Claustro del I.E.S. Ramón y Cajal se opone a los recortes educativos que se van a implantar.
Decimos NO:
1º
Al incremento de las ratios que implica
la imposibilidad de una enseñanza individualizada y el aumento de los problemas
de convivencia en el aula, especialmente en la E.S.O.
2º
Al aumento de las horas lectivas que supondrá la pérdida de innumerables
puestos de trabajo de compañeros interinos y el empeoramiento de las
condiciones laborales del profesorado.
3º A incremento del precio de las matrículas
universitarias y la disminución de las becas.
4º
Al decreto de profesores suprimidos y desplazados que barrerá la estabilidad de
las plantillas orgánicas de los centros.
5º
A la disminución de los salarios del
profesorado de la enseñanza pública y la congelación de los complementos
retributivos.
6º
A la ausencia de diálogo y búsqueda de soluciones conjuntas con las
organizaciones representativas de la Comunidad Educativa.
El mantenimiento de las políticas sociales y de
igualdad es un principio y un derecho irrenunciable sobre el que se ha construido
el modelo social europeo. El gasto social, que sufragamos conscientemente con
nuestros impuestos, destinado a la red pública educativa y sanitaria, es la
mejor inversión que la administración pública puede dedicar para trabajar por
el futuro de nuestra sociedad. No
aceptamos que se reduzca y que se utilice de forma prioritaria para otros
fines.
Consideramos que nuestra responsabilidad como enseñantes es defender lo público y la enseñanza como
instrumento de reequilibrio social, como medio de invertir las desigualdades de
partida. Toda política que no vaya en el camino de incremento de lo público
(como expresión de una más justa distribución de la riqueza) supone un desvío
de reconocimiento de las personas como iguales no solo ante la ley sino en la
realidad económica cotidiana y, a la larga, esto se resuelve con mayor
sufrimiento para la mayoría, para aquellos que, seguro, son los menos
responsables.
Huesca, 16 de mayo de 2012